La mentira de Amazon

Seguramente a ti nunca te ha pasado. Pero como debo ser una rara avis pues lo voy a narrar para que conste. Desde hace un tiempo soy usuario de Amazon. Compro cosas de vez en cuando, quizá dos veces al año. La semana pasada me compré unas zapatillas de deporte.

El tema prometía. «Reciba su pedido el lunes en vez del viernes y ahorre los gastos de envío». Pues bien, casi tres euros para que el próximo pago a Hacienda sea más leve pero igual de brutal. Pasó el fin de semana, llegó el lunes y la empresa de paquetería SEUR me envió a media mañana un correo electrónico diciendo que mis zapatillas llegarían un día después.

Amazon incumplía. Llegó el martes, era la hora de la merienda y allí no había ni rastro de las zapatillas. Entré en la web de Amazon y, a través del chat que tienen, pregunté si el repartidor seguía vivo. Es decir, pregunté por el producto que había pedido y pagado una semana antes.

En la ventanita del chat me respondió un tal Jeison, que por el nombre deduje que debía ser o de Ciudad Real o de Badajoz. Ya saben ustedes que últimamente el mestizaje y los nombres modernos son más comunes que el calor en verano.

Tras el saludo protocolario y explicarle el problema con mis desaparecidas zapatillas, el tal Jeison me tecleó esta frase «¿Tengo el agrado con Pablo?». En ese momento supuse que nuestro amigo no era ni de Ciudad Real ni de Badajoz. O era un yanqui con el traductor inglés-español abierto o era una máquina de respuestas automáticas.

Sea lo que fuere, ese ente me explicó que mis zapatillas habían llegado a SEUR el mismo lunes y que por tanto yo no podía recibirlas el día que Amazon me había indicado. Según el seguimiento del pedido, el transportista de SEUR recibió las zapatillas a las 11:23 del lunes. Pero debió tener que viajar a Ciudad Real o Badajoz para saludar a Jeison y no le dio tiempo a venir a mi casa.

Eran unas zapatillas. ¿Pero imaginen que hubiese sido un regalo de cumpleaños que había que entregar ese mismo lunes? ¿O por algún momento pensemos que era un producto que necesitase para mi trabajo? Nuestro gozo en un pozo.

Jeison llamó a SEUR y el transportista apareció el martes a las ocho y media de la tarde, una hora después de mi contacto por chat. Me preguntaré eternamente qué habría ocurrido si no hubiese contactado con Amazon. Quizá todavía estaría esperando. Y lo llamativo es que en el resumen del pedido en la web de Amazon pone que el tranportista me entregó las zapatillas a la una de la tarde el martes. La una de la tarde en Miami sería…

Pero eso a Jeison le da igual. Tenía su frase preparada. Seguramente un copy-paste de esos que tanto hacen los medios de comunicación con las notas de prensa de los partidos políticos. Jeison me escribió «Por las molestias ocasionadas y por los problemas generados te puedo ofrecer un crédito promocional de 5 euros para tus siguientes compras en Amazon.es. En productos vendidos y distribuidos por Amazon».

Cinco euros para gastar en tu sarao. Bueno, menos es nada. Incumplen con el cliente y compran su molestia. Bien es cierto que en la web de Amazon ya indican que algunos pedidos pueden demorarse uno o dos días. Juegan con esa excusa por si acaso. Pero estamos hablando de una semana y el viernes anterior las zapatillas estaban en Alemania.

El marketing de Amazon es bueno, miles de usuarios contentos ayudan a crecer la bola de nieve de la felicidad del comercio electrónico. Pero no vale mentir. Cumplan con los tiempos y sean transparentes. Y, por cierto, no usaré los 5 euros promocionales. Espero que Jeison los gaste en buscar un nuevo cliente porque yo me he dado de baja.